Las instituciones que integran EJEGUA actualmente ofrecen formación en todos los niveles educativos desde preparatoria hasta el nivel universitario, y en distintas modalidades de educación formal, extraescolar formal y no formal, formación técnica laboral, atendiendo a más de 100,000 niños, niñas, jóvenes y adultos en todo el país.
La educación jesuita se propone «contribuir al pleno desarrollo de las personas y, a través de ellas, a la transformación de la sociedad» (Klein, 2014: 6), lo cual lograremos formando hombres y mujeres competentes, conscientes, comprometidas y compasivas. A estos cuatro epítetos o dimensiones humanas se les conoce como las cuatro C, las cuales resumen nuestra orientación pedagógica, ética y política. En ellas se articula el crecimiento humano y el crecimiento espiritual, como también la fe y la promoción de la justicia que impulsan a la acción. Mediante la lectura permanente y crítica del contexto en el que se vive, para una educación que responda coherentemente a los desafíos personales y sociales.
Por eso centramos nuestra reflexión en el concepto de educación, el cual tiene como corazón el ejercicio crítico de un liderazgo compartido cuyo centro es la persona para y con su comunidad, es decir para y con su contexto inmediato, regional y nacional. Entendiendo que lo individual es indivisible de lo colectivo y viceversa, nuestra visión de la educación se asienta en el servicio para los demás, en ser para los demás, y en formarnos como personas encaminadas a fomentar y construir la justicia que brota de la fe, desde la opción preferencial por los pobres (Klein, 2014; Ellacuría, 1980).