Por Mgtr. Vinicio Granados
Tuve la oportunidad de ser estudiante del Proyecto Puente Belice y de la Universidad Rafael Landívar, dos obras de la Compañía de Jesús en Guatemala. El proyecto Puente Belice -PPB- es una alternativa para que los jóvenes puedan continuar sus estudios y optar a un trabajo digno. Yo fui parte del proyecto del 2004 al 2008: mientras estudiaba el bachillerato en Ciencias y Letras, tenía la oportunidad de trabajar en diferentes instituciones. El PPB ofrece cuatro áreas de intervención como parte del proceso educativo. Sin lugar a duda, la proyección social a la que nos invitaba el PPB hizo nacer en mí la vocación por el servicio a los demás, que luego materialicé en la Universidad Rafael Landívar -URL-.
Fui beneficiado con una beca académica completa en la URL y tuve la oportunidad de seguir mis estudios en Administración de Empresas. El reto más grande que afronté en la universidad fue el poderme adaptar, ya que los primeros semestres sentí que el ambiente universitario era muy difícil y que no contaba con las herramientas necesarias para estar al nivel de mis compañeros de carrera. Sin embargo, el proyecto siempre ha brindado el acompañamiento necesario para que los egresados del PPB se logren adaptar de la mejor manera a la universidad, y así yo siempre me sentí apoyado y acompañado. Recuerdo que los primeros meses luego de iniciada la carrera me acercaba a mis docentes del proyecto para pedirles consejos y eso fue, en gran parte, lo que me ayudó a mantenerme firme en mi objetivo de finalizar mis estudios superiores.
Ser parte del PPB permitió que muchas puertas se abrieran para seguir mis estudios y, posteriormente, ser colaborador de la URL. Como lo hice en el proyecto, volví a combinar mis estudios con el trabajo en esta institución universitaria. Durante el día trabajaba y en las noches estudiaba; con el tiempo la universidad se volvió como mi segunda casa. Mi trabajo me presentó el Voluntariado Social Landivariano, donde tuve la oportunidad de apoyar en algunas de las actividades y esto, sumado a mi deseo de seguirme involucrando en actividades sociales, me permitió encontrar mi espacio dentro de la Universidad.
Con el pasar de los años se me dio, nuevamente, otra oportunidad. Esta vez ya como profesional, empecé a coordinar el Voluntariado Social Landivariano y este sueño que inició en el Proyecto Puente Belice ahora se estaba haciendo realidad: trabajar para servir a los demás y poder devolver un poco de lo que en su momento se me dio a mí.